Descripción
El día en que se sacudió la tierra en Ecuador se sacudió el alma
y el corazón de la nación. De entre la catástrofe natural surgió
el heroísmo y de entre los escombros se levantó la comprensión.
Se tocaron los pensamientos y los ojos miraron la sensación y el
polvo se revistió de solidaridad y ayuda que refrescó y atisbó la
magnanimidad y la benevolencia. La gratitud no se hizo esperar
y con ella la abundancia que sacia el querer y abriga la desnudez.
Agradecer se volvió el peldaño y la escalera maravillosa de acción.
Gracias a todos y todas, a todos los héroes que nombramos y a
todos los héroes anónimos por su voluntad y a la naturaleza
misma por probarla.
Carmita Álvarez Santana
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