Descripción
Todos debemos aprender hasta morir. Buscar las causas que influyen positiva y negativamente en nuestras vidas. Si no aprendemos, no nos liberamos, no suscitamos, quedamos inmóviles, paralizados; se anquilosa el sistema musculoesquelético pero sobretodo el ánimo y el cerebro, y caminamos enclenques por la vida, sin destellos, sin pena ni gloria: más que la modorra producida por la vigilia en la espera de redentores rapaces.
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